Las políticas neoliberales del Partido popular son, en términos políticos, lo peor que le ha pasado a España desde el 24 de febrero de 1981.
La misma persona que cobraba cinco sueldos legales e innumerables sobres de manos del señor Bárcenas, hablaba antes de las elecciones de noviembre de 2011 de que había unas líneas rojas que no se iban a traspasar. Y, a fe mía que no se han traspasado, solo es que fueron trazadas desde la patronal y la conferencia episcopal y para ellos no había lugar para las dudas.
El mismo señor que se come los yogures caducados, y supongo que a su madre si se la dan, es ahora ministro de medioambiente al mismo tiempo que alquila sus instalaciones petrolíferas a una empresa, Vilma Oil, que se dedica al “bunkering” en Gibraltar.
Y el ministro de hacienda, descojonándose de la risa mientras lo dice, nos informa de que no han bajado los sueldos y hace suyas las sandeces de la ministra de trabajo cuando nos recuerda que los españoles que se han tenido que ir a trabajar al extranjero lo han hecho para probar cosas nuevas y para, hay que joderse, aprender idiomas…