El origen de la palabra “liberal” parece estar en la manera en que se hacían llamar algunos diputados de las Cortes de Cádiz allá por 1812. Obviamente, en aquellos tiempos la coyuntura era otra y no se puede comparar con la actual, pero la genética liberal es la misma…
En cuanto a la palabrería que utilizan los liberales, actuales y pasados, su origen no está tan claro, porque va cambiando a medida que cambian sus intereses y los de sus amos.
Puesto que ellos juegan con las palabras y sus significados, yo me atrevo a hacer lo mismo y le voy a quitar la “e” a la palabra que define la especialidad lingüística que estudia el significado de las propias palabras: “Etimología”.
Ahora que he creado un nuevo palabro para nombrar a la antigua ciencia del timo, “Timología”, voy a repasar el uso y significado de algunas palabras que los liberales utilizan para engañar a todos aquellos tontos que se dejen, e intentarlo con todos aquellos que sin serlo nos lo hacemos para que no se den cuenta de que solo estamos esperando el momento oportuno para sacarles del poder…
- Contribuyente
Ésta es la palabra que los liberales utilizan cuando pretenden demonizar a todas aquellas personas que no entran en su visión interesada del mundo, aquéllas a las que necesitan en realidad para estafarlas y esclavizarlas, pero a las que odian en lo más profundo porque representan un número excesivo a la hora de dividir los beneficios…
Los que pagan el IRPF son contribuyentes, mientras que los que solo pagan el IVA no lo son; aunque, sorprendentemente, los que pagan el IVA son los que consumen la basura que las empresas de los liberales producen.
- Democracia
La democracia que los liberales añoran es la que, entre períodos lo más amplios posible, permita el voto a todos siempre que el resultado sea el que ellos necesitan; siendo más cortos los períodos entre sufragios si no lo es.
El uso de referéndum no entra en la democracia de los liberales porque ello implica la pérdida de control sobre el gobierno y sus leyes.
- Desregularización
Esta palabra representa el culmen de las aspiraciones liberales, la libertad máxima posible para que las empresas hagan y deshagan a su antojo con la mínima intervención del estado, significando, en definitiva, la constitución del estado en un seguro anti catástrofes que será utilizado por los liberales para salvar los muebles a su costa cuando haya tormenta.