Otro años más, Antena 3 nos regala la vista y los oídos con todo lo referente a la trastienda de la Fórmula Uno: entrevistas a los mismos personajes ilustres de todos los años, imágenes idílicas de los millonarios que visitan el gran premio de turno, reportajes sobre ésta o aquélla innovación tecnológica que pronto veremos en los coches de calle – si nos compramos un Ferrari o un McLaren – y el necesario peloteo a Ferrari – en este caso – para que les permita desarrollar su programación al efecto alrededor de Fernando Alonso; que es el verdadero meollo de la cuestión.
Otro año más, Ferrari se ha presentado al primer gran premio, el de Australia, con un fabuloso carretillo rojo, dopado con la más actual tecnología aerodinámica, de motor, de frenos y de suspensión; con la que, de nuevo, a pesar de contar con el mejor piloto de la parrilla, ha vuelto a quedar en quinta posición…
Si en algún momento de mi vida me sobraran unos cuantos miles de euros, los necesarios para comprarme un carretillo, no sería un Ferrari, porque para tener que empujarlo,
prefiero ir en transporte público sentado junto a un anuncio del Banco Santander en el que se patrocina a una marca de carretillos italianos a la vez que se desahucia de sus casas españolas a ciudadanos europeos de España.