El próximo 25 de mayo de 2014 tendremos la oportunidad de poner la cara de nuevo ante nuestra clase política para que se descojone de nosotros cuatro años más desde su poltrona europea…
Como ciudadano, he aprendido a no creer las patrañas de los políticos en campaña, que normalmente dura cuatro años, pero menos en la campaña de apoltronamiento que precede a cada consulta.
La política es el arte de decir mentiras que parezcan verdades.
Aun así, creo que todavía queda un pequeño resquicio por el que poder darle nosotros a ellos en donde les duele, precisamente en la poltrona; no ir a votar es una manera de hacerlo, y más cuando votes lo que votes en España te va a gobernar la emperatriz desde Alemania.
Hay que joderse, la única forma de tener poder sobre las políticas que te afectan en España es nacionalizarte alemán para poder votar allí, como hacen en Mallorca…
En el mundo ha habido muchas revoluciones, unas más sonadas que otras, pero ante esta coyuntura devenida, provocada por los liberales y sus políticas neoliberales a la vez que derechosas, la única revolución posible es la que se adelante a su propio tiempo y se revolucione a sí misma: una reevolución.
Policías en las manifestaciones, que no apalean, sino que protestan…
Talibanes cristianos, que no apedrean moralmente a las mujeres, sino que las comprenden…
Políticos insensibles, que no politiquean y acaparan, sino que hacen política social y real…