Durante la semana pasada he recibido un par de cartas pidiendo prestado mi voto, la primera procedía del Partido Popular y la segunda del Partido Socialista.
Tanto en una como en otra he recibido el saludo amable de mis amigos de toda la vida, Mariano Rajoy y Elena Valenciano, y comprobado la sutil diferencia con otras cartas recibidas desde asuntos sociales de la Comunidad de Madrid en las que me vienen dando pataditas en los güevos desde Navidad…
La carta del Partido Popular no la he leído a partir de la segunda línea, no he reciclado el papel en el que estaba escrita y, después de comprobar que en el sobre no había ninguna cantidad en billetes grandes, la he depositado bien arrugada en la basura general.
¡Que se jodan los de Ecoembes…!
La del Partido Socialista, en cambio, a pesar de que tampoco he pasado de la mencionada línea, he decidido meterla en un sobre, ponerle un sello y devolvérsela a los de Ferraz para que la reciclen ellos, que a mí me da la risa.
A ambos les digo:
No, no os presto mi voto, ¡cojones!
Total, después de todo, da igual a quién vote o deje de votar, porque las políticas del gobierno traidor, ruin y cobarde de España, las dicta la consejera delegada de la banca alemana y no voy a meter en la urna un trozo de papel de váter, que tengo que ahorrar para cuando me cague en su…
No, no le pienso dar esa alegría al ministro facha del interior de España completando la frase, que la complete la suya…
P.D: Si esto es constitutivo de delito y merezco una celda en el centro de reclusión de emprendedores de Soto del real, de las que están quedando libres entre los de la eta y los políticos presuntos, me pido la litera de arriba…