El aburrimiento me comía la conciencia, tampoco conseguía conciliar el sueño. Empecé a ver tres o cuatro películas de las que tengo grabadas, pero nada… La programación de la tele, vomitiva, como siempre, aunque, para mi desgracia, no soporífera. Pasé durante unos minutos por La Sexta, pero al ver a Marhuenda, Inda, Pablo Iglesias, Carmona y compañía, hablando, como siempre, en mi nombre, la apagué y abrí un libro; craso error esta vez, ni leer podía.
Estuve escribiendo algunas idioteces en Twitter, como me recordó delicadamente mi querida @Tercer_intento, con la que, por cierto, me gustaría charlar en persona y no a través del ciberespacio, pero ésa es harina de otro costal: es que no soy su tipo…
Pero, volviendo a la tele, los comentarios de algunos usuarios de Twitter a los que sigo me devolvieron a la guerra intestina entre Marhuenda e Inda, que, por lo visto, bien repasados por Pablo Iglesias y demás, se habían enzarzado en una batallita intelectualmente pobre. No me sorprende,
están tan acostumbrados a que sus opiniones son las únicas que cuando se encuentran con otras bien objetivadas se deprimen, se frustran y les sale la vena…
Esta vez, por lo visto, ni quemando la hacienda se libraron de la marhuinda…