La relatividad de Rajoy

225px-Mariano_Rajoy_(diciembre_de_2011)El mitin de ayer del presiente del Ibex, Mariano Rajoy, me recordó aquello que nos decían en clase de física:

que las leyes de Newton son válidas, pero solo a la pequeña velocidad a la que nos movemos por el universo, sino hay que aplicar la relatividad de Einstein y las transformaciones de Lorenz…

El Presidente del Gobierno de España para algunos españoles, hizo ley el dicho de que cuando un gallego está en una escalera no se puede saber si sube o baja… Como el gato de Schrödinger, que, estando, no está ni vivo ni muerto…

Utilizó esos trucos para tontos que tan bien se le dan a los políticos, juntando churras con merinas, o lo contrario, no lo sé muy bien. Sí es verdad que en España ha bajado el paro en medio millón, pero no lo es menos que desde que él es Presidente ha subido; solo es que él lo compara con el año pasado y no con el 2011, que es donde se sitúa el inicio de su estafa intelectual…

Cuando dice que el año 2015 va a ser un año muy bueno y que vamos a notar la recuperación, se apoya para ello, esta vez al menos, en el precio del petróleo, que como todo el mundo sabe depende de una coyuntura incontrolable por decreto, pero que le sirve para augurar ese subidón económico social tontolcular en el que nos vamos a ver inmersos si seguimos bajo su tutela económica, y la del señor Arriola, al que, por cierto, no recuerdo haber tenido la oportunidad de votar o de botar; y, sino, que se lo pregunten al palmero de cabecera del Partido Popular, Francisco Marhuenda, que estará de acuerdo con él en todo, seguro, seguro, seguro…

Por otro lado, también habló de Cataluña, para decir que no iba a hablar de Cataluña como es su costumbre… ¡Manda güevos! Tampoco lo hizo en su día cuando comentó sobre el libro “La envidia igualitaria” en el Faro de Vigo, el 24 de julio de 1984, tiempo por el que era Presidente de la Diputación de Pontevedra soltando perlas como:

[…] “el hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, color de la piel y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible” […]

O como esta otra…

[…] “que define como: “malestar que se siente ante una felicidad ajena, deseada, inalcanzable e inasimilable-” Y en su utilización política (vaguedades como “la eliminación de las desigualdades excesivas”, “supresión de privilegios”, “redistribución”, “que paguen los que tienen más”, son utilizadas frecuentemente por los demagogos para así conseguir sus objetivos políticos), las defensas ante la misma (la huida, la simulación y la cortesía son medios de que tiene que valerse el “envidiado” para evitar el provocar el sentimiento); y la manera de superarla que es la autoperfección y la emulación.” […]

En la que se refería, digo yo, en diferido a las tesis de Podemos y Pablo Iglesias, de las que ahora piensa igual, pero que a diferencia de entonces le tienen acojonaíto…