Una fatua, o fetua, no es otra cosa que la interpretación de un muftí sobre un determinado tema en el que no hay, o había, una determinada regulación… Por esa misma razón, puede darse el caso de que dos fatuas entren en contradicción, con el consiguiente desacuerdo entre los seguidores de un muftí y el otro.
Además, las fatuas son utilizadas a menudo por algunos iluminados para dirigir los actos de sus adeptos y convertir una norma necesaria para que haya justicia y ley en El Islam en un arma endemoniada, dirigida por el odio y alejada de cualquier dios habido o por haber:
Ahora, una nueva fatua promulgada por ese miserable que es el líder de Isis, Abu Bakr al-Baghdadi, ordena la ablación de todas las Mujeres mayores de once años y menores de cuarenta y seis en la zona que controlan los burros de Isis que le adoran a él y no a Dios o a Mahoma…
Puesto que solo el diablo puede amparar semejante salvajada, perpetrada si nadie lo remedia contra millones de Mujeres, esta es La fatua del diablo, porque es él y no su amado hijo, Abu Bakr al-Baghdadi, el que la firma.