Cuando escribo lo que pienso, normalmente en mi blog, lo hago desde la premisa – obvia para mí, no tanto para los demás – de que representa mi opinión, totalmente subjetiva por tanto, sobre este o aquel asunto al que me esté refiriendo en cada caso…
Por eso nadie debe pensar al leerlo que le estoy aleccionando en ningún aspecto, ni tampoco que pretendo sentar cátedra sobre nada más allá de lo que siento, pienso o intuyo.
No voy a insultar la inteligencia de nadie diciéndole cómo ha de proceder en sus actos, menos cuál ha de ser su ideología política o la religión que ha de profesar o si ha de profesar alguna o ninguna…
No soy ningún gurú, ningún iluminado a quién seguir como borregos, ningún político mentiroso – por definición – al que perpetuar en la poltrona a cambio de que no nos haga quedar por tontos cada cuatro años; o sí, ¿qué más da…?
Sin embargo, puesto que yo ya he estado en el infierno – cada uno tiene el suyo – puesto que me hallo en la base de la pirámide, puesto que ya hace mucho que estoy hasta los cojones de que todos los preparaos de España – y los de Alemania – me digan ellos a mí, sí, cómo he de vivir, cómo he de actuar y cómo he de follar si se da el caso; esta vez voy a decirles yo a todos los que me quieran leer que las políticas neo liberales de derechas del gobierno del Partido Popular son lo peor que le ha pasado a España – política y socialmente hablando – desde el 24 de febrero de 1981…
Es por eso que he decidido ir a votar en las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo de 2015, y no, no le voy a decir a nadie a quién ha de votar, pero sí a quién ha de botar:
Vota para botar, bota al Partido Popular.
Si has decidido no ir a votar, pues no vayas, si has decidido votar en blanco, pues vota en blanco, si has decidido poner una burrada en la papeleta, pues seguro que la suscribo, fácil, pero si has decidido ir a votar, bota al Partido Popular, bótalo, bota a los traidores neo liberales de derechas, bota a los amigos de las empresas del Ibex, bota a los que te decían que te apretaras el cinturón mientras que ellos se apalancaban cinco sueldos – sobres aparte – bótalos, bótalos, bótalos…