España vive estos días un duelo de egos entre los diferentes ombligos que poseen su propiedad intelectual. También poseen la paleta de colores a usar en su bandera representativa: colores limitados, no excluyentes entre sí, pero diferenciadores cuando se unen como uno solo para guiarla en su tránsito hacia el futuro de unos que excluye a los otros, esta vez sí, o al menos excluye sus ideales…
Divide a España y perderás
Al escuchar los soliloquios a que los que estamos condenados los que amamos a la Democracia, compruebo que los líderes políticos de los diferentes partidos con representación en El Congreso, basan sus planteamientos en la idea de que la razón es suya, condescendiendo con los demás cuando les conviene, y que las contraposiciones que los otros puedan proponer son meros instrumentos para no dar su brazo a torcer y, por tanto, no concederles la victoria moral.
Si la presidencia del gobierno de Pedro Sánchez depende del acuerdo entre los diferentes ombligos por todos conocidos, el señor Sánchez no gobernará España de esta tacada. Ahora bien, si depende del interés general, de la lucha por devolver los derechos perdidos en unos casos, robados en otros, a los españoles y defenderlos después de los embates de la derecha cavernaria, de los neo liberales traidores y de sus amos del IBEX y de los fondos de inversión alemanes, entonces, sí gobernará la Nación Española, la nación de todos, los que nacimos en ella y los que fueron traídos por los extraterrestres hace ya tiempo, tanto que sus historias no están reflejadas en la historia de España, la nuestra, aunque sí en la suya…
Si la izquierda española, supongo, – Podemos, PSOE – no aprovecha esta oportunidad para echar al señor Rajoy y al Partido Popular del Gobierno de España, habremos perdido el último tren camino del progresismo, de la social democracia y de las libertades civiles.