Sufrir una agresión policial en la España del siglo 21 parece poco probable, pero así y todo es posible, y doy fe de que las agresiones policiales ocurren, doy fe de ello con mi propia sangre…
Agresión policial
En las dependencias de la comisaría de La Policía Nacional de La Albericia, en Santander, en la zona de calabozos, existe un pequeño pasillo en el que no hay cámaras de seguridad, ni seguridad alguna, dicho sea de paso; pero lo que sí hay es un ente, un ser inteligente, que a pesar de ello no tiene conciencia de sí mismo, aunque sí tiene una razón de ser, de vivir, sin estar vivo. Por no estar vivo, no necesita alimentarse en el sentido natural de la expresión, pero sí necesita algo para poder sobrevivir, o sobremorir: necesita a alguien que vaya al infierno por él, y lo ha encontrado…
Si las paredes de ese pasillo hablaran, nos contarían todas las veces que el ente ha sido alimentado por uno o varios personajes violentos, cobardes y miserables, que tienen lo que él necesita…