El método Ferreras, o más periodismo, consta de tres partes bien diferenciadas, aunque no excluyentes entre sí…
El método Ferreras
Primera parte
La primera de ellas, y la más importante de todas, consta a su vez de tres fases que la estructuran de manera consecutiva, a saber:
- Realizar una pregunta capciosa.
- Desarrollar la pregunta ofreciendo datos subjetivos y opiniones sesgadas, de manera más o menos extensa.
- Concluir con una respuesta a la pregunta formulada, forzando de forma implícita al preguntado a asumirla como suya, o bien a negar la mayor, rebatiendo al entrevistador y creando un ambiente tenso que en muchos casos es evitado por el primero para eludir un enfrentamiento que pueda acarrear malas consecuencias si se trata de un colaborador habitual de La Sexta o un simple ataque de vergüenza ajena en otros casos…
En definitiva, se puede acuñar un lema para expresarlo en pocas palabras:
‘Pregunta, mitin y respuesta’
Segunda parte
La segunda parte consiste en aprovechar cierta información aportada, ya sea por un colaborador, ya por un reportero, para, tomándola como propia, preguntarle a este lo mismo que él ya había dicho y así aparecer en la hemeroteca como el autor de tan interesante interrogatorio… Esta, además de ser una forma tan poco educada como la primera de conducir una entrevista periodística, implica también una falta de respeto hacia su contraparte en ella y, además, en no pocas ocasiones compañer@ de profesión.
Tercera parte
Y, por último, sumada a las otras dos, se incluye una tercera que consiste en cortar el discurso del entrevistado con repreguntas que suelen estar descontextualizadas por depender de la respuesta a la pregunta que se ha interrumpido… El entrevistado queda así tan sorprendido como paralizado y da la impresión de haber sido pillado en alguna falsedad, cuando solo está fuera de contexto y no puede responder sin aclararlo antes.
Conclusión
En resumen, el método Ferreras, o más periodismo, incluye entre sus virtudes las tres más importantes de las que puede vanagloriarse un periodista: la objetividad, la imparcialidad y el respeto. Resulta evidente que en este caso es por el método de olvidarlas.
Y, lo que es aún peor, el método Ferreras no sólo ha colonizado las mentes de los propios periodistas de La Sexta, sino que está enraizando en las del resto de periodistas de los demás medios nacionales…
Como decía Ryszard Kapuscinski:
“Para ser buen periodista hay que ser ante todo una buena persona”