Y llega la hora más dura, cuando todas aquellas cosas que te he dicho en mi pensamiento se acumulan contra mi corazón, mientras se alejan de mi boca ante la sola idea de verlas rebotar contra tu hermosa coraza.
Temo que tu mirada esté cautivando a otro, tu sonrisa enamorándolo y tu risa abriéndole las puertas de tu prisión; mientras que yo sigo libre de tus cadenas, muy a mi pesar…